LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR



LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR

Lugar creado para dar espacio a los oscuros escritos que se tatúan como runas espectrales en la piel del dolor, todas las palabras se mojan en lágrimas de lamentos interminables y se escriben prácticamente solas en hojas de papel desgastado y corroído por la realidad que se vive en un mundo lleno de vástagos de las tinieblas, herederos del terror que buscan en la opacidad de la noche, un rincón donde poder dar rienda suelta a sus odios y donde poder conseguir mantener ocultos sus máximos temores y sus más mórbidos sentimientos, logrando encarcelar su indescriptible y casi inalcanzable amor presente. Este espacio surge para dar luz y color a todo aquello que permaneció oculto por miedo a no ser apreciado, ser amante de la oscuridad y la noche y ver en esas dos damiselas, las cómplices perfectas para escribir, imaginar y recordar todo lo que el corazón desea con fervor.



SE MOLDEA UNA HISTORIA

Cada día nace una idea en papelillos de mi escritorio, en servilletas con sobras de alimentos mañaneros, en archivos del computador de mi trabajo... Se moldea una historia de muerte y fascinación por la bestia interna, por ese ser sin escrúpulos que decide salir de vez en cuando y nos ahoga en adrenalina... Se escribe una historia con sangre de más santos que pecadores, se escribe con dolor, pasión, crueldad e improvisación. Se escribe también con amor, con pasión, lujuria y deseo por el sexo femenino, se escribe en la espalda húmeda de una mujer desconocida en cama ajena.


Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.


sábado, 13 de mayo de 2017

DESFLORACIÓN

Después de la tercera bofetada cayó en el suelo, todo producto de la violencia con que la estaba golpeando... se abalanzó encima de ella y la amenazó con su navaja, las lágrimas que se habían asomado por encima de sus mejillas se reunieron en más cantidad y empezaron a bañar su piel con terror, rápidamente rompió su blusa y arrancó el sostén sin sin el menor cuidado, sus pervertidos ojos se agrandaron al ver los senos de la jovencita, la saliva que segregaba daba asco a la indefensa mujer, mientras le tocaba sus pechos la hoja de la navaja amenazaba la estilizada forma de su cuello, el filo alcanzaba a dejar una pequeña huella que fue capaz de hacer salir los primeros y más inútiles gritos de ayuda, el sonido rebotaba contra los árboles y se devolvían a una realidad en la que ya no podía escapar, con rabia enceguecida le asestó un golpe a puño cerrado en el rostro, su pómulo parecía fracturado pero eso era lo de menos y el sentimiento de dolor acrecentaba su miedo ya existente, el maldito guardó la navaja en el bolsillo trasero de su pantalón y empezó a desabotonar con furia y desorden el pequeño pantalón-short color púrpura de la joven.

Volteó el cuerpo de la muchacha sin problema alguno, lo puso boca abajo y terminó por bajar el short de la mujer, dejó por fin descubierta la parte trasera de la joven... empezó a bajar con rapidez y descontrol la cremallera de su jean estilo bakero, por fin sacó su puñal de carne y piel con el que la joven mujer iba a soñar el resto de sus noches, bajó una de sus manos para alcanzar a tocar nuevamente una parte de sus senos, no había sido suficiente al parecer para el maldito enfermo, los pequeños senos de la joven se escondían entre el costillal y el suelo árido de aquel inhóspito bosque de pinos, los glúteos de la inocente mujer temblaban y con cada nueva penetración la joven gemía de dolor, rabia, melancolía... el maldito parecía disfrutar con su dolor, el hermoso rostro de la joven se encontraba sucio y la tristeza desfiguraba su boca de la cual sólo se escuchaban súplicas por un "basta" que nunca iba a llegar.

Jadeaba como un animal en celo y parecía quedarse sin aliento con el inicio de su podrido orgasmo, la joven aún yacía en el suelo, ya no se quejaba, no podía estar más humillada y sucia, el maldito había conseguido su cometido, la joven se levantó con prudencia y temor, la sensación de deshonra marcaba su interior, su rostro no se podía levantar, su mirada estaba perdida, era degradante lo que ella estaba viviendo... de pronto el hecho de no poder levantar la mirada tenía su recompensa, pensó rápido y actuó de maravilla, con una credibilidad incomparable se dejó caer por segunda vez al suelo sus dedos se estiraron minuciosamente y tomaron la navaja automática portable, mientras el individuo la atropellaba con insultos para denigrarla aún más... ella... ella mantenía la calma hasta el último instante... saboreaba su momento, pronto llegaría... sólo era cuestión de tiempo para que el maldito dejara ver por completo su cuello, para que se descubriera su yugular, el momento no demoraba en llegar... de repente el sujeto miró hacia el cielo estrellado y le deseó un "feliz viaje al más allá" a la pobre e indefensa joven, mientras el incauto violador inocentemente deslizó su mano derecha hacia el bolsillo trasero de su pantalón; más temprano que tarde y con sus ojos agigantados de sorpresa se dio cuenta de inmediato que el arma blanca ya no estaba en su poder... y todo lo entendió con más realismo cuando sintió un piquete en su cuello, un leve gemido fue interrumpido por la mezcla de saliva y sangre con la que el desgraciado se ahogaba, la navaja había entrado por completo en su cuello, el maldito bastardo estaba muriendo.

La joven movía el cuchillo en una forma propia del frenesí y la ansiedad... sólo quería ver al desgraciado muerto, el maldito animal se retorcía como una asquerosa lombriz al ser sacada de la tierra, empezaba su clásica marcha de muerte directo hacia el infierno,... para ella el momento era sublime... perfecto... (¡!) después de todo estaban solos en el bosque, nadie encontraría el cuerpo del maldito en varios meses,... por fin había culminado su desahogo, el maldito animal insensible tenía la mirada perdida en el cielo y con su rostro bañado en sangre se le mostraba por fin muerto a la joven, que aún ultrajada y humillada, había encontrado un consuelo... ella había tomado venganza.


Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.