LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR



LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR

Lugar creado para dar espacio a los oscuros escritos que se tatúan como runas espectrales en la piel del dolor, todas las palabras se mojan en lágrimas de lamentos interminables y se escriben prácticamente solas en hojas de papel desgastado y corroído por la realidad que se vive en un mundo lleno de vástagos de las tinieblas, herederos del terror que buscan en la opacidad de la noche, un rincón donde poder dar rienda suelta a sus odios y donde poder conseguir mantener ocultos sus máximos temores y sus más mórbidos sentimientos, logrando encarcelar su indescriptible y casi inalcanzable amor presente. Este espacio surge para dar luz y color a todo aquello que permaneció oculto por miedo a no ser apreciado, ser amante de la oscuridad y la noche y ver en esas dos damiselas, las cómplices perfectas para escribir, imaginar y recordar todo lo que el corazón desea con fervor.



SE MOLDEA UNA HISTORIA

Cada día nace una idea en papelillos de mi escritorio, en servilletas con sobras de alimentos mañaneros, en archivos del computador de mi trabajo... Se moldea una historia de muerte y fascinación por la bestia interna, por ese ser sin escrúpulos que decide salir de vez en cuando y nos ahoga en adrenalina... Se escribe una historia con sangre de más santos que pecadores, se escribe con dolor, pasión, crueldad e improvisación. Se escribe también con amor, con pasión, lujuria y deseo por el sexo femenino, se escribe en la espalda húmeda de una mujer desconocida en cama ajena.


Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.


viernes, 10 de diciembre de 2010

TORTURA=SHOW NO MERCY

El espacio para la venganza es cada vez más estrecho entre los seres vivos y racionales, la cercanía a su rostro me hace desear haber hecho algo diferente con el, algo tal vez un poco más cruel y menos impactante, algo que no hubiera llamado tanto la atención, aún cuento con que ningún vecino lo vió ingresar pero debo averiguarlo bien a fondo, ya se hace tarde, empieza a anochecer y debo darme cuenta si alguien sabe que estuvo aquí en la tarde... el destino se muestra implacable entre mis manos, no tengo coartada y si un vecino lo vió entrar... también deberé asesinarlo... lo mejor será desfilar por esta pasarela de culpabilidad con el mayor cinismo que pueda crear,... de el hombre que solía ser sólo queda su cabeza y cual película de terror su boca permanecía aún abierta de par en par frente a mí,... su sangre ensuciaba mi escritorio, mi sillón, en su espalda estaba enterrado el cuchillo de cocina de mi señora esposa, este desgraciado era el cartero que la había violado, el maldito había aprovechado mi viaje de negocios para hacerle esto a ella, después de violarla amenazó con matarla si lo contaba a alguien, lo que el no sabía era que mi esposa me contaba todo y que por medio de las cartas que nos enviábamos decidimos darle muerte al malnacido... había desonrrado e insultado mi hogar, así que encontré el momento justo después de mi llegada para hacerle entender mi enojo, primero le hice creer que le había comprado un regalo en Europa únicamente para agradecerle por su largo servicio en nuestro barrio y al haber sido el encargado de entregarle todas las cartas que le enviaba a mi esposa desde el exterior, el muy imbécil e interesado malnacido había firmado su sentencia de muerte al entrar con total confianza en mi casa.

Nos dirigimos a mi estudio, sosteniendo una charla amena de risas y palmoteos en la espalda, con mi mano le señalé hacia el fondo del pasillo donde se encontraba en perfecto orden mi escritorio, justo en el marco de la entrada a la habitación respiré profundo... y después de enterrarle el cuchillo en su espalda, inmediatamente le asesté un golpe con el filo del machete que había dejado cuidadosamente inclinado levemente contra la pared de mi estudio,... el corte fué directo en su garganta,... su cabeza se separó de su cuerpo, al compás de mis insultos y lágrimas... la cabeza rodó y viciosamente quedó en una posición tan extraña como única, me seguía mirando, sus dientes estaban húmedos todavía, se podía sentir el olor a miedo de la sangre del suelo... al parecer ya todo estaba fastidiosa e incómodamente completo dentro de mí.

+Decapitación inevitable+



Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.

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