Cada día nace una idea en papelillos de mi escritorio, en servilletas con sobras de alimentos mañaneros, en archivos del computador de mi trabajo...
Se moldea una historia de muerte y fascinación por la bestia interna, por ese ser sin escrúpulos que decide salir de vez en cuando y nos ahoga en adrenalina...
Se escribe una historia con sangre de más santos que pecadores, se escribe con dolor, pasión, crueldad e improvisación. Se escribe también con amor, con pasión, lujuria y deseo por el sexo femenino, se escribe en la espalda húmeda de una mujer desconocida en cama ajena.
Ser romántico, sexual, apasionado, odiar el desamor, ahogarse en el cuerpo femenino, amar cada experiencia con una mujer, despreciar el rechazo, amar y odiar por igual, escribir cada sentimiento de amor y odio, hablar de experiencias propias e imaginarias en mis escritos, dejar volar la imaginación del lector con mis letras y tratar de conectar con recuerdos y sentimientos muy propios. Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.
LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR
LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR
Lugar creado para dar espacio a los oscuros escritos que se tatúan como runas espectrales en la piel del dolor, todas las palabras se mojan en lágrimas de lamentos interminables y se escriben prácticamente solas en hojas de papel desgastado y corroído por la realidad que se vive en un mundo lleno de vástagos de las tinieblas, herederos del terror que buscan en la opacidad de la noche, un rincón donde poder dar rienda suelta a sus odios y donde poder conseguir mantener ocultos sus máximos temores y sus más mórbidos sentimientos, logrando encarcelar su indescriptible y casi inalcanzable amor presente.
Este espacio surge para dar luz y color a todo aquello que permaneció oculto por miedo a no ser apreciado, ser amante de la oscuridad y la noche y ver en esas dos damiselas, las cómplices perfectas para escribir, imaginar y recordar todo lo que el corazón desea con fervor.
viernes, 20 de mayo de 2011
Realidad Incoherente...
De pronto me encontraba nuevamente en el mismo lugar, sumergido en un deseo incontrolable por aquella mujer, un sentimiento que no podía evitar y sólo ella era capaz de hacerme sentir, recordaba una y otra vez los momentos juntos; eran tan vívidos que mi piel se erizaba y una lágrima de amor convertida en odio devolvían a mi cerebro contradictorios recuerdos de lujuria y placer que se conjugaban fácilmente en mi cuerpo,... de pronto mi puño se estrellaba con furia en la pared.
Cuantas veces estando con ella mi corazón trató de sentir, aún sabiendo que no debía hacerlo me lanzaba inocentemente en aquel lúgubre pantano devorador de hombres, al principio sabía que sólo era sexo, pero después me era inevitable imaginar algo más con ella, imposible no creer que podía haber algo más que éste aire de libertinaje que dejaba mi cuerpo cansado,... pero a la vez seguía vacío.
Me enclaustro en mi cárcel mental y me interrogo sobre la diferencia entre el afecto, la costumbre y el amor, por qué no se convierten únicamente en variaciones de placer físico, que no me hagan pensar más en ella como mi musa, sino mejor como mi esclava de sábanas; Cada que siento su presencia, mi cuerpo se estremece... pero tengo que pensar en ella como un algo calculador que busca su propio bienestar y para quién yo soy simplemente uno más en su lista de juguetes sexuales.
Se que me usa, soy un objeto de carne que la hace gritar, pero no puedo parar, es como si no pudiera separarme de ella, aún cuando pasen los días, los meses,... incluso los años, siempre vuelvo a caer en sus redes sin darme cuenta de que me será nuevamente difícil salir de allí; Me llama y estoy tentado a desearla, pero esta vez procurerá no sentir,... pero como no hacerlo si ella es capaz de enrredarme para luego dejarme caer en el abismo de sus besos, en el infierno de su cuerpo, se comporta de manera especial conmigo, mientras su mirada de cazadora la oculta tras un velo de mentiras, ella sabe que hacerme sentir,... lo necesario para que yo siga apareciendo en su presente,... ella no sabe que ahora seré yo quien acabe con esto de raíz, al fin termino de cargar el tambor de mi revólver.
Cuantas veces estando con ella mi corazón trató de sentir, aún sabiendo que no debía hacerlo me lanzaba inocentemente en aquel lúgubre pantano devorador de hombres, al principio sabía que sólo era sexo, pero después me era inevitable imaginar algo más con ella, imposible no creer que podía haber algo más que éste aire de libertinaje que dejaba mi cuerpo cansado,... pero a la vez seguía vacío.
Me enclaustro en mi cárcel mental y me interrogo sobre la diferencia entre el afecto, la costumbre y el amor, por qué no se convierten únicamente en variaciones de placer físico, que no me hagan pensar más en ella como mi musa, sino mejor como mi esclava de sábanas; Cada que siento su presencia, mi cuerpo se estremece... pero tengo que pensar en ella como un algo calculador que busca su propio bienestar y para quién yo soy simplemente uno más en su lista de juguetes sexuales.
Se que me usa, soy un objeto de carne que la hace gritar, pero no puedo parar, es como si no pudiera separarme de ella, aún cuando pasen los días, los meses,... incluso los años, siempre vuelvo a caer en sus redes sin darme cuenta de que me será nuevamente difícil salir de allí; Me llama y estoy tentado a desearla, pero esta vez procurerá no sentir,... pero como no hacerlo si ella es capaz de enrredarme para luego dejarme caer en el abismo de sus besos, en el infierno de su cuerpo, se comporta de manera especial conmigo, mientras su mirada de cazadora la oculta tras un velo de mentiras, ella sabe que hacerme sentir,... lo necesario para que yo siga apareciendo en su presente,... ella no sabe que ahora seré yo quien acabe con esto de raíz, al fin termino de cargar el tambor de mi revólver.
Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.
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