Cada día nace una idea en papelillos de mi escritorio, en servilletas con sobras de alimentos mañaneros, en archivos del computador de mi trabajo...
Se moldea una historia de muerte y fascinación por la bestia interna, por ese ser sin escrúpulos que decide salir de vez en cuando y nos ahoga en adrenalina...
Se escribe una historia con sangre de más santos que pecadores, se escribe con dolor, pasión, crueldad e improvisación. Se escribe también con amor, con pasión, lujuria y deseo por el sexo femenino, se escribe en la espalda húmeda de una mujer desconocida en cama ajena.
Ser romántico, sexual, apasionado, odiar el desamor, ahogarse en el cuerpo femenino, amar cada experiencia con una mujer, despreciar el rechazo, amar y odiar por igual, escribir cada sentimiento de amor y odio, hablar de experiencias propias e imaginarias en mis escritos, dejar volar la imaginación del lector con mis letras y tratar de conectar con recuerdos y sentimientos muy propios. Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.
LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR
LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR
Lugar creado para dar espacio a los oscuros escritos que se tatúan como runas espectrales en la piel del dolor, todas las palabras se mojan en lágrimas de lamentos interminables y se escriben prácticamente solas en hojas de papel desgastado y corroído por la realidad que se vive en un mundo lleno de vástagos de las tinieblas, herederos del terror que buscan en la opacidad de la noche, un rincón donde poder dar rienda suelta a sus odios y donde poder conseguir mantener ocultos sus máximos temores y sus más mórbidos sentimientos, logrando encarcelar su indescriptible y casi inalcanzable amor presente.
Este espacio surge para dar luz y color a todo aquello que permaneció oculto por miedo a no ser apreciado, ser amante de la oscuridad y la noche y ver en esas dos damiselas, las cómplices perfectas para escribir, imaginar y recordar todo lo que el corazón desea con fervor.
sábado, 6 de noviembre de 2010
GATOMANÍA = REVOLVERDEMENCIA
Bajo lentamente por la escalera que conecta hacia la sala de nuestra casa, al bajar siento un estremecedor frío que recorre mi espalda, el revólver calibre 38 niquelado parece otro, está mucho más pesado que el que compré aquel día en que recibí mi paga quincenal,... pensaba en regalarte unas cuantas balas para tu cabeza y sólo la última sería guardada para la mía, tus gatos me estaban volviendo loco, dijiste que jamás te desarías de ellos, que jamás darías la espalda a tus veintitrés gatos... nunca pudimos tener un perro, eso me enloquecía con el pasar de los días, era ilógico tan sólo pensar en ese exhuberante número de felinos domésticos y desagradables,... por fin estaba detrás tuyo, era mágico!!... al fin podía mandarnos a descansar a los dos, juntos en un lugar sin preocupaciones... y sin gatos, juntos en cualquier tipo de lugar espectral, podíamos estar al fin solos,... descargué todos los proyectiles en tu cráneo, el cual se devolvía lánguidamente con cada bala que estrellaba en tu pared craneal, creo que el ir y venir de tu cabeza me eclipsó, me distrajo de todo, me envolvió en un extraño carrusel aberrante del cual me bajé bruscamente, al darme cuenta de que ya no tenía balas,... tus gatos miran desde lejos tu cuerpo inerte y parecían odiar el juguetito que cargaba en mi mano derecha,... me dirijo hacia la cocina y estoy cerca de tomar tu cuchillo favorito, camino hacia el baño y me encierro en solitario, no quería a esos malditos gatos cerca de mí,... dejo de pensar en tu rostro desfigurado y simplemente... tomo el cuchillo y me lo entierro en el cuello, lo saco lo más rápido que puedo, dejo que la sangre fluya, siento que me desmayo casi que inmediatemente y ya sin esperanza y con una herida abierta de par en par, me dejo caer en el frío suelo,... mientras... veo a los malditos piecitos de los gatos afuera del baño,... si que eran tiernos los desgraciados.
Imagen extraída de Internet+click para ir al enlace original
Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.
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