Cada día nace una idea en papelillos de mi escritorio, en servilletas con sobras de alimentos mañaneros, en archivos del computador de mi trabajo...
Se moldea una historia de muerte y fascinación por la bestia interna, por ese ser sin escrúpulos que decide salir de vez en cuando y nos ahoga en adrenalina...
Se escribe una historia con sangre de más santos que pecadores, se escribe con dolor, pasión, crueldad e improvisación. Se escribe también con amor, con pasión, lujuria y deseo por el sexo femenino, se escribe en la espalda húmeda de una mujer desconocida en cama ajena.
Ser romántico, sexual, apasionado, odiar el desamor, ahogarse en el cuerpo femenino, amar cada experiencia con una mujer, despreciar el rechazo, amar y odiar por igual, escribir cada sentimiento de amor y odio, hablar de experiencias propias e imaginarias en mis escritos, dejar volar la imaginación del lector con mis letras y tratar de conectar con recuerdos y sentimientos muy propios. Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.
LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR
LA OSCURIDAD QUE IMPREGNA EL AMOR
Lugar creado para dar espacio a los oscuros escritos que se tatúan como runas espectrales en la piel del dolor, todas las palabras se mojan en lágrimas de lamentos interminables y se escriben prácticamente solas en hojas de papel desgastado y corroído por la realidad que se vive en un mundo lleno de vástagos de las tinieblas, herederos del terror que buscan en la opacidad de la noche, un rincón donde poder dar rienda suelta a sus odios y donde poder conseguir mantener ocultos sus máximos temores y sus más mórbidos sentimientos, logrando encarcelar su indescriptible y casi inalcanzable amor presente.
Este espacio surge para dar luz y color a todo aquello que permaneció oculto por miedo a no ser apreciado, ser amante de la oscuridad y la noche y ver en esas dos damiselas, las cómplices perfectas para escribir, imaginar y recordar todo lo que el corazón desea con fervor.
lunes, 29 de noviembre de 2010
ENFERMEDAD PERSECUTORA
En esta pálida y hermosa noche que me escondía de mis verdugos, cometí un error grave al dejar que la mujer gritara, delatando así mi posición, ahora por esa tontada centenares de personas me persiguen, los rostros desencajados de la horda asesina avanzan inclementes por el bosque, buscan acabar con mi existencia sólo por ser diferente, los tridentes para arar el campo se ven más grandes cuando se acercan velozmente tras de ti, los palos se convierten en un arma mucho más efectiva con clavos enterrados en su cabecera, si no muero por el derramamiento de sangre tal vez muera engangrenado, afortunadamente y para mi consuelo veo el imponente risco donde vengo a veces a dormir, las cortinas de agua que dibujan caminos escarpados por donde emerge la cascada, son mi descanso del mundo externo, tras de ellas se esconden pequeñas cavernas, custodiadas por cien-piés gigantes serpientes, tarántulas y demás alimañas que no sólo se defienden del mundo salvaje y de sí mismas, sino que también se encargan en cierto modo de protegerme a mí, ya que soy yo quien deja las sobras que atraen insectos y animalillos de poca monta de los cuales ellos se alimentan, aprovecho lo frondoso del bosque para escabullirme entre los árboles y deslizarme rápidamente hacia el río, por donde empiezo mi empedrada escalada por la pendiente, veo de lejos las luces de fuego que intentaban iluminar o mostrar a la vista de los perseguidores, pistas de mi posible ubicación, es tarde ya y al parecer han empezado a cesar mi búsqueda, tal vez me piensan perdido en el río, o tal vez sienten miedo de adentrarse más en el bosque, por separado o en pequeños grupos podría asesinarlos fácilmente... pero en masa... tal vez sufra heridas de importancia, no soy tan estúpido... ni tan impulsivo, -¡Malditos desgraciados!-,... reniego en voz baja, malditos devotos religiosos incoherentes, sienten un odio infinito por mí, no veo la necesidad de que me persigan como a un perro, además... no tengo la culpa de que me guste tanto la carne humana.... ahhh, será una larga primavera, esperaré a que la estación se acentúe bien con sus lluvias, para esconder mi silueta tras los diluvios, en las noches los truenos acallarán sus quejidos, mataré a todo el maldito pueblo, sólo estaba de paso... pero ahora esto es personal, después de todo... son ellos... o Yo!!...
Juan Guillermo Gutiérrez Aragón.
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Apenas pa usted el monstruop que persiguen con Antorchas y Trinchetes, tal como un Frankenstein, pero mejor como un Igor el come insectos....
ResponderEliminarjajajaj HP!!
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